Juan Pablo Parentini
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 “Proyectos de Vivienda e Integración Social”.

11 de julio de 2023

Por Juan Pablo Parentini.

Pocas veces paramos un momento en nuestro quehacer como arquitectos, para hacer una reflexión sobre nuestro trabajo. Aprovecho esta instancia que nos han invitado a compartir nuestra experiencia, para hacer esa necesaria pausa y mirar.

Nuestra vocación nos ha vinculado desde el comienzo con la vivienda y la cuestión urbana desde los primeros pasos allá por el año 1990 con la creación del Programa de Repoblamiento de Santiago y la participación que nos cupo en la creación del Subsidio de Renovación Urbana desde la Corporación para el Desarrollo de Santiago, acciones que combinadas lograron parar un ciclo de gran deterioro del casco histórico de Santiago y abrir las puertas a sectores medios bajos en un sistema cooperativo que hicieron visible una demanda poderosa por vivienda que subyacía y que nunca antes habían podido disfrutar de las ventajas de vivir en el sector con mejor infraestructura y equipamiento del país, era un paso y una oportunidad de justicia urbana que marcó una época. Muchos proyectos inmobiliarios se han hecho a partir de ese gran empuje.

En 2015 hace su aparición tímidamente los primeros proyectos de integración social a través del DS116. Pasados ya 6 años de esos primeros proyectos de Integración Social en el país podemos ya evaluar con resultados en mano. Habían fundados temores en un principio, dentro de los cuales me incluyo, de cómo impactaría la incorporación de familias vulnerables conviviendo con sectores medios en un mismo condominio; la selección de las familias vulnerables, el pago de los gastos comunes, el traslado desde campamentos, la utilización de estacionamientos, el respeto entre los copropietarios, los ruidos molestos, etc., etc., Ha pasado el tiempo y nos encontramos con prometedoras informaciones de postventa que nos dicen que la convivencia ha sido muy conveniente en ambos sentidos, que el pago de los gastos comunes tienen tasas equivalentes de morosidad entre los diferentes grupos socioeconómicos integrados en los condominios, en fin lo que parecía que podía ser un problema lo vemos hoy como una tremenda oportunidad.

La Vivienda Integrada llegó para quedarse.

Esta oportunidad sin duda tiene muchos aspectos ya que toca la convivencia urbana en todos sus aristas, ahora nos abocaremos a lo que esta oportunidad ha significado para nuestra oficina de arquitectura. En esta nueva etapa, hemos visto como el Minvu ha ido año a año mejorando y afinando este programa que a la fecha ya a logrado impulsar sobre las 50.000 viviendas anuales de integración social. Los proyectos que hemos aportado cada año, nos han permitido, junto con nuestros mandantes, ir mejorando y aumentando las superficies construidas y mejorando los espacios comunes de estos conjuntos. Lo anterior gracias a un sistema de puntaje que hace que, la competencia por ganarse los proyectos, termine en un verdadero concurso de los mejores proyectos a nivel nacional, que en definitiva favorece tanto a las familias beneficiadas como a la misma ciudad, que se va consolidando con proyectos de cada vez mayor calidad.

Los desafíos que personalmente mas nos han ocupado son que la integración sea lo mas real posible y que la arquitectura sea una herramienta de equidad y no de discriminación, así el trabajo de proyectos de arquitectura de integración deben ser de una expresión tal que todos sus habitantes se sientan orgullosos del lugar que habitan y jamás discriminados con expresiones “sociales” que tanto vemos en los proyectos de vivienda social en el país. Este tema pasa a ser relevante para la arquitectura cuando tienes proyectos de viviendas sociales conviviendo con viviendas de sectores medios.

Muy relevante es también que los espacios de encuentro al interior de los proyectos sean aportes reales y ocupen un espacio destacado en los proyectos y no sean los retazos que quedan, esto ha sido muy bien fomentado por los equipos del Minvu que revisan y observan los proyectos. El programa del DS19 ha tenido esa gracia, de tener equipos profesionales, al cual han incorporado arquitectos que están promoviendo que los proyectos presentes buenas resoluciones de espacios interiores que permitan a las familias tener un espacio de protección alrededor de sus lugares de habitación. La integración gracias a este factor se hace mas potente y genera crecimiento social.

El hecho que se otorguen puntajes diversos, también permiten que los proyectos sean propositivos y puedan mejorar los aspectos como la eficiencia energética, la localización de los terrenos, la superficie de los departamentos y también la necesaria pertinencia geográfica de los proyectos, que los hacen rescatar elementos propios de donde se desarrollan.

En el desarrollo de estos proyectos también están apareciendo ciertas sombras a las cuales le debemos poner atención para resolverlas adecuadamente.

Uno de las amenazas que se están presentando coyunturalmente hoy para el programa es el alza de los materiales, la falta de stock y de mano de obra que amenazan los costos y los plazos de ejecución de los proyectos. El aumento de los costos y la rigidez de los valores finales en los tramos, amenazan obviamente la calidad de los proyectos a futuro, cosa que con el aumento de los topes superiores podría resolverse. Lo de los plazos también es una amenaza frente a los plazos rígidos del Serviu. Esto se agrava con las enormes complejidades que hoy presentan las aprobaciones de Anteproyectos, Permisos de Edificación, Aprobaciones de Loteos, Informes favorables de Construcción (IFC), Declaraciones de Impacto Urbano, Declaraciones de Impacto Ambiental (DIA), Estudios sobre el Transporte Urbano EISTU), Planes de descontaminación Atmosférica (PDA), todas regidas por instituciones que por la Emergencia Sanitaria no tienen plazos para responder a estos tramites y que por otro lado, nunca han cumplido con los plazos de revisión, todo esto colisiona de frente con los rígidos plazos del Serviu que se deben cumplir para iniciar obras y para recibirlas.

Otra amenaza que tenemos en el desarrollo de los proyectos de integración Social son los precios y la escases de terrenos para su implementación. El alto precio que ha alcanzado el casco urbano y la necesidad del programa de estar en localizaciones centrales, ha llevado a que se compren terrenos cargados de problemas, que se deben resolver como grandes dificultades topográficas, terrenos hundidos que requieren plantas elevadoras, pendientes elevadas, humedales, zonas de restricción que se deben levantar,  quebradas, terrenos cruzados por canales, acueductos, colectores, líneas de alta tensión, servidumbres de terceros, zonas inadecuadas de los malos planos reguladores, en fin en general terrenos que han estado excluidos del desarrollo urbano y que ahora exigen un gran esfuerzo por hacerlos urbanizables.

Todo esto evidentemente complica a la hora de enmarcarse en un programa que tiene sus techos de valor definidos, siendo que una flexibilización en el valor de venta máximos de las viviendas de sectores medios podrían perfectamente financiar estos costos extras que están teniendo los proyectos, sin echar mano a recursos adicionales del estado.

Creo que a nivel país este programa del Minvu ha logrado interpretar los nuevos tiempos y lo que se requiere generalizar en programas habitacionales, en definitiva este programa ha generado un masa de proyectos de buena calidad habitacional y Urbana que bien merece ser divulgado con mas fuerza, para que la población conozca los esfuerzos que se han hecho y lo que se ha logrado, esto permitiría incluso dar mas fuerza y aumentar aún mas la presencia de la integración social en el total de lo que el Minvu genera hoy.

Santiago, 11 de julio de 2023

Juan Pablo Parentini

Arquitecto

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