En 1990, comenzamos nuestro quehacer profesional al crear el Programa de Repoblamiento de Santiago desde la Corporación para el Desarrollo de Santiago, para la Municipalidad de Santiago y el apoyo del Ministerio de Vivienda y Urbanismo. Este programa creó el Subsidio de Renovación Urbana, el cual por primera vez vinculó los Programas Habitacionales con la misión de generar ciudad y rescatar los Cascos Históricos de nuestras principales Ciudades. El éxito sin precedentes de esta política en los años 90 que revirtió el deterioro y abandono que el pericentro de Santiago presentaba por décadas, cambiando la percepción de la demanda habitacional por Santiago Centro, nos llevó a trabajar en proyectos habitacionales cooperativos, vinculándonos fuertemente con la demanda habitacional y sus requerimientos. Plasmamos nuestro conocimiento y experiencia en miles de viviendas al alero de la Oficina AIA de Carlos Aguirre Mandiola, a quien le debemos gran parte de nuestro actual know-how basado en su gran profesionalismo y dedicación a los proyectos de arquitectura. Desarrollamos en esta asociación una infinidad de proyectos habitacionales y urbanos. Uno de estos proyectos, la Cruz del Tercer Milenio, nos enorgullece especialmente, ya que se convirtió en un ícono de la Región de Coquimbo y la gente lo tomó como propio.

Con más de 33 años de experiencia, más de 25.000 viviendas en 174 proyectos, más de un millón y medio de metros cuadrados diseñados, gestionados, coordinados, supervisados y entregados. Nos caracteriza una búsqueda permanente del trabajo profesional serio, sin extravagancias, siempre apuntando a generar mejoras en la calidad de vida que generan nuestros proyectos en las familias que las habitan. Trabajamos a conciencia y considerando al usuario como nuestro cliente final, lo que ha permitido que miles de familias vivan en ambientes gratos, bien diseñados, bien construidos, a bajo precio y de un buen estándar espacial. La gratitud de la gente es nuestra más bella recompensa como profesionales y especialmente como arquitectos. Nuestro desafío es seguir profundizando nuestro quehacer profesional con el objetivo de aportar a la ciudad, sin olvidar nunca que todo lo que hacemos es por mejorar la calidad de vida de la gente que habita en nuestras obras.